jueves, 30 de julio de 2015

La proposición de Carola, de Idoia Saralegui



Título: La proposición de Carola
Autor: Idoia Saralegui
Formato: ebook
Páginas: 238 (estimación)



Cuando Idoia Saralegui contactó conmigo para ofrecerme su novela enseguida sentí un corrientazo de empatía hacia ella. 

Los principios siempre son duros, hacía cuatro meses que Idoia acababa de publicar su primera novela y buscaba blogs donde pudieran comentarla. Yo también lo intenté al principio; escribí a un par de blogs ofreciéndoles amablemente mi novela "Los Ángeles de La Torre" por si les interesaba leerla y comentarla, pero creo recordar que no recibí respuesta. No volví a intentarlo. En mi caso, lo que buscaba eran opiniones, no de cara a lectores potenciales, sino para mí. Quería saber si lo había hecho bien. Aunque esa duda se despejó sola con el tiempo, pues desde el momento en que uno sube sus obras a cualquier plataforma digital queda expuesto al juicio de los lectores. Y las opiniones llegan, que a nadie le quepa duda. Y me refiero a las opiniones de verdad, a las imparciales, las que te van a hacer aprender de tus errores o emocionarte porque sabes de su objetividad.
Reconozco que en este aspecto me he sentido afortunada, y hasta ahora los lectores me han tratado muy bien. Siempre habrá alguien a quien no le guste tu obra, es irremediable, no se puede gustar a todo el mundo, pero eso hay que asumirlo desde el comienzo.
También quiero aclarar que no soy reseñadora, solo comento en el blog algunas novelas que leo, así que mi opinión se basa enteramente en interpretaciones personales y no literarias.

Sinopsis tomada de Amazon:

La abogada Carola Sanchís le hace a su amigo Alejandro Ney una sorprendente propuesta para tratar de superar la muerte de su marido. Pero Alejandro oculta un secreto y piensa que si acepta la proposición de Carola alguien puede salir herido. 
La vida, la muerte, la distancia y una inesperada desaparición le hacen comprender al periodista que, a pesar de los riesgos, esta es la aventura que siempre ha querido vivir. 
Una novela intensa, palpitante y conmovedora que nos traslada desde Belferí hasta la selva colombiana. Porque competir contra un vivo puede ser muy difícil; pero hacerlo contra un muerto… es imposible. 

Lo primero que quiero decir es que la sinopsis se reserva algunos detalles que yo añadiría, como por ejemplo cuál es la extraña propuesta que Carola le hace a su amigo Alejandro Ney. Es algo que descubrimos en los primeros momentos de lectura y creo que de incluirlo en la sinopsis la haría más atractiva.
Idoia Saralegui
Como la autora no revela el contenido de dicha proposición yo tampoco lo haré, así que tendréis que conformaros con saber que la oferta de Carola sorprende mucho a Alejandro Ney, un hombre que a sus cuarenta y cinco años dedica su vida al periodismo y a sus múltiples conquistas femeninas. Por otro lado, Alex guarda desde hace demasiado tiempo un secreto que ahora, tras la proposición de su amiga, amenaza con desestabilizar su vida sin remedio.

—Te voy a hacer una propuesta. Sé que te va a chocar, pero necesito que me escuches hasta el final.

Así de directa arranca la historia, y tengo que admitir que dicha propuesta también me sorprendió bastante, aunque a lo largo de la lectura llegas a darte cuenta de que tal proposición solo es una argucia del subconsciente de la protagonista para captar la atención de su  amigo Alex.

A partir de aquí se suceden una serie de encuentros y desencuentros entre los protagonistas que llevarán a Alejandro a tomar una decisión drástica. Amparado bajo el pretexto de cumplir un sueño de juventud, se marchará al corazón de la selva colombiana donde sufrirá situaciones límite que le harán replantearse su vida.

Ha sido una lectura bastante amena, y me ha sorprendido la buena pluma de Idoia Saralegui, sobre todo después de saber que es su primera novela. El narrador omnisciente nos permite conocer el desarrollo de la historia desde varios puntos de vista, así como las motivaciones, pensamientos y deseos más íntimos de los personajes, algo que enriquece la trama y envuelve al lector hasta provocar la empatía necesaria para disfrutar de la novela.

Por otro lado, creo que la portada es muy tímida. Vivimos en un mundo tan visual que es fundamental captar la atención del lector por este medio, con una portada que atrape a primera vista. No digo que no me guste, simplemente que tal vez esté lastrando un contenido que merece la pena ser descubierto.

La proposición de Carola es una buena lectura para llevarse de viaje este verano, una historia romántica, con escenas íntimas bien desarrolladas, tiernas, que no caen en la vulgaridad. Os animo a descubrir esta primera obra de Idoia Saralegui. Creo que es un buen comienzo, y le deseo mucha suerte.

Os dejo con una pequeña muestra.

Carola nunca había sido una puritana. Que hubiese amado a un solo hombre en su vida no quería decir que tuviera prejuicios sobre el sexo. Pensaba que era sano, agradable y algo a lo que no había por qué renunciar. Desgraciadamente, era Carlos el que se había muerto, no ella.
El único problema era que había cumplido ya cuarenta años y cada vez se sentía más consciente de su edad y de que hacía alrededor de veinte que no coqueteaba con ningún otro hombre que no fuera el suyo. Ya no recordaba qué se sentía antes del primer beso o qué había que hacer cuando se quedaba a cenar con alguien pensando que, tal vez por la noche terminaría en la cama.



jueves, 23 de julio de 2015

Viaje al dolor de África, de José Manuel Devesa



Hace tiempo, bastante, solía leer todo lo que caía en mis manos sobre testimonios de vidas lejanas que me hicieron comprender muy pronto lo privilegiada que era por haber nacido a este lado del mundo. Libros sobre pueblos deprimidos por otros pueblos, libros sobre niños que crecen en lugares tan hostiles que casi es un milagro que lleguen a la adolescencia, libros sobre mujeres que, por la mera condición de serlo, están relegadas al más absoluto ostracismo social, político, cultural e incluso familiar. 

Acabo de terminar la lectura de este libro maravilloso "Viaje al dolor de África", de José Manuel Devesa, que descubrí a través de mi compañero virtual de tertulias literarias, el doctor y escritor Jose Luis Palma, y las reminiscencias de su última frase todavía me sobrecogen el alma: 

-Llévame a Farafangana.

Ha sido un viaje intenso al corazón de Madagascar, y cuando digo al corazón no me refiero a un espacio físico, sino emocional. Si tuviera que contar las veces que se me han empañado los ojos me faltarían dedos de las manos, no por el dramatismo de la historia sino por tanto amor como transmite. 

Viaje al dolor de África es una novela basada en hechos reales, pues su autor es también uno de los médicos que cada año acuden de forma totalmente altruista a la Misión de Farafangana, donde se ha construido un modesto hospital con la ayuda de donativos, para operar a jóvenes, casi niñas, que sufren la herida innombrable, la enfermedad oculta, que genera vergüenza en los maridos y familiares y que condena a la enferma a la marginación y a la soledad. 
El Dr. José Manuel Devesa y la paciente que inspiró su novela

Jose Luis Palma, en su generoso prólogo, habla de este problema que afecta a dos millones de mujeres en todo el mundo, la mayoría en África, de una forma que todos podemos entender:

En aquel remoto lugar, la "enfermedad oculta", la temida y terrible fístula, ese maldito agujero que comunica la vejiga y la vagina, producida cuando el que va a nacer se queda atascado en la salida hacia la vida porque las mujeres, casi todas niñas adolescentes, no disponen de asistencia médica durante el parto, conduce sin remedio a una situación vergonzante, al abandono absoluto, al repudio conyugal, y al rechazo social y familiar que en muchos casos sólo encuentra la solución final con la llegada de una muerte tan injusta como prematura.  

"El sol no debe salir dos veces y ponerse dos veces durante el parto de una mujer", dice el proverbio.

Tal vez ser mujer me haga especialmente sensible al contenido de esta historia. Recuerdo mi propio parto, que duró más de doce horas y terminó en una cesárea de urgencia. Cada vez son más las voces que se alzan a favor del parto natural en casa, y yo respeto todas las posturas, pero, personalmente, no sería capaz de asumir el riesgo, nos jugamos demasiado, y en mi caso doy gracias a la ciencia por haberme permitido un desenlace feliz.  Hay tantas mujeres que no tienen la oportunidad de alumbrar a sus hijos con las mínimas garantías sanitarias que a veces no comprendo el empeño que tenemos por volver al pasado y asumir riesgos innecesarios. Pero esta es una opinión personal.

Por otro lado, no penséis que porque la novela esté escrita por un médico os vais a encontrar un relato cargado de tecnicismos o descripciones quirúrgicas que pueden abrumar al lector profano en la materia. Nada más alejado de lo que de verdad encontraréis en esta historia. En ella el autor nos muestra la realidad a través de los ojos de Vohilaba, una niña de catorce años a la que su padre entregó en matrimonio a un muchacho de la aldea a cambio de un cebú. El cebú era robado y esto obliga a la pareja a huir para no sufrir represalias. Cuando Vohilaba se queda embarazada y llega el momento del parto, éste acaba de la peor forma: con la muerte del bebé en su vientre, por falta de asistencia médica, y con una fístula obstétrica que provocará que no sea capaz de contener la orina. Repudiada y abandonada por su marido, y sin posibilidades de regresar a su aldea, el único consuelo que le queda a Vohilaba para aferrarse a la vida es el de encontrar a los médicos blancos, de los que ha oído decir que vienen cada año a su tierra a cerrar el agujero de las niñas madres que vagan por los caminos, aldeas y ciudades, condenadas a estar continuamente mojadas e impregnadas de un hedor fácilmente detectable que provoca miradas de desprecio y rechazo.

Se me agolpan las palabras para tratar de expresar las emociones que me ha hecho sentir esta novela. Solo puedo decir que, pese al terrible fondo dramático de la historia, este es un canto a la esperanza, porque en medio de tantas sombras todavía quedan luces que iluminan los senderos más tenebrosos, aquellos a los que nadie quiere asomarse, y cuya única recompensa la componen miles de sonrisas de profundo agradecimiento, de aquellos y aquellas que tienen la fortuna de encontrarse con una de estas luces que cambiará sus vidas para siempre.

Mención aparte merece la prosa delicada de José Manuel Devesa; bella, dulce, poética, que consigue emocionar, que logra hacernos partícipes de esta historia ahora tierna, ahora dramática, a veces terrible, muchas veces sobrecogedora... Solo me arrepiento de haberla tenido tantos meses en mi Kindle sin haberla leído. Creo que este tipo de lecturas debería ser obligatoria en algún momento de la enseñanza secundaria. Nuestra sociedad necesita concienciarse de que existen otras maneras de vivir o sobrevivir, es necesario sembrar la semilla del altruismo, la empatía y la solidaridad. La educación es la base del progreso, del desarrollo de los pueblos y si no inculcamos a nuestros jóvenes, desde el ámbito familiar e institucional, valores solidarios, ¿qué clase de sociedad estamos formando?

Nunca he sido dada a la mitomanía, y muchas veces me pregunto cómo es posible que los programas de televisión estén minados de personajillos endiosados en su propia fama que no aportan nada aparte de un sentimiento de bochorno ajeno, y sin embargo haya tantas luces en el mundo que nadie conoce, tantos proyectos de vida y esperanza que se quedan en la trastienda de la sociedad. Los medios de comunicación son tan poderosos que tienen la facultad de potenciar sociedades brillantes o generar sociedades basura, porque la sociedad -niños, jóvenes y mayores- alimenta su memoria, su alma, su corazón, su generosidad o su desprecio, a base de contenidos que perpetúan espíritus mediocres, sin más aliciente que codiciar todo lo que se les ofrece.

Ojalá algún día estas luces tengan el reconocimiento que se merecen. Yo desde mi modesto rincón virtual os recomiendo encarecidamente esta piedra preciosa con forma de novela, magistralmente narrada por José Manuel Devesa. Os aseguro que brillara en vuestros corazones durante mucho tiempo.

Solo quiero añadir, y esto va relacionado con la parte comercial de la novela, que pienso que la portada tan triste puede generar rechazo en el lector potencial. Es cierto que hay mucho drama en sus páginas, pero yo he visto tanta luz, tanta calidez, tanto amor, que una imagen más positiva, en la que se perciba a primera vista que donde hay sufrimiento siempre hay esperanza, sería más acertada a la hora de hacer que los ojos de los lectores se fijasen en ella.

Animo al autor a que nos siga deleitando con obras con la misma sensibilidad que esta, estoy segura de que su cabeza está repleta de historias, personajes, vidas, anécdotas y situaciones que necesitan ser contadas con el propósito de tocar nuestras conciencias. Lo necesitamos; necesitamos historias como la de Vohilaba.

Os dejo con un extracto.


Mientras se duerme tampoco escuece el hambre, ni se roba, ni se engaña, ni se viola, ni se mata, ni atormenta el odio o el rencor, ni se hace la guerra, ni duelen el cuerpo ni el alma. El sueño es mucho más que un descanso: es la paz, el bienestar. El sueño es el dios de la justicia que no distingue entre unos y otros y durante unas horas hace iguales a todos los hombres y mujeres. El sueño es el refugio y el tesoro de los pobres, por eso dormimos más que los ricos, a cualquier hora, en cualquier sitio, y sin importar como. Mientras ellos se mueven de acá para allá, nosotros dormimos.