Título: El Balaje del Rey
Salomón
Autor: Lázaro Rodríguez Díaz-Delgado
Editorial: Ledoria (2012)
Hace varios meses que no leo una novela histórica. La última trataba sobre las rebeliones jacobitas cuyo fin era restaurar en el trono de Escocia a un rey católico: Jacobo Francisco Eduardo Estuardo. Resultó ser una sublevación fracasada que terminaría
con la Batalla de Culloden en 1746. Fue una novela que me ayudó a comprender
viejos rencores que aún perviven en el pueblo escocés, heridas que ni siquiera
el tiempo fue capaz de cicatrizar.
La novela que traigo hoy
ha sido mucho más provechosa y cercana en el contexto, desde un punto de vista histórico, puesto que
se centra en un periodo concreto del reinado de los Reyes Católicos.
El Balaje del Rey Salomón de Lázaro Rodríguez, es un thriller histórico que pone de manifiesto algunos de los entresijos y conspiraciones en los reinos de la Baja Edad
Media y los traslada a la actualidad en forma de intrigante trama con todos los elementos del género que están de moda: símbolos, enigmas, tesoros perdidos, asesinatos y sectas peligrosas.
Reyes Católicos |
Juan Centeno es el
detective protagonista que recibe el encargo de esclarecer la repentina desaparición
de Lorenzo López de Haro, un historiador que se encuentra inmerso en el estudio de la «Positio Histórica» del
proceso de beatificación de la reina Isabel y cuya
evolución se desarrolla a pasos muy lentos. Al parecer, las sombras en torno a la reina castellana -expulsión
de los judíos e implantación de la Nueva Inquisición-, son suficientes para que
algunas personalidades de peso, como el ya fallecido cardenal arzobispo de París,
Lustiger, se opusieran a la
beatificación de la reina.
Cuando nuestro investigador privado descubre el
cadáver de Lorenzo López de Haro, escondido en un sepulcro de piedra, se da
cuenta de que en su mano guarda una nota. Estas anotaciones son las primeras pistas que
sigue Juan Centeno y que lo involucran en una trama urdida por la Orden de la
Paloma, una secta fundada en 1379 por Juan I, el primer rey de la
dinastía bastarda de los Trastámara. Como en toda buena secta que se precie, no
faltan las conspiraciones para llevar a cabo sus planes, además de
estar relacionada con las profecías de
Nostradamus, el cáliz de la Última Cena y el collar de la Paloma, pieza
clave para agilizar el proceso de beatificación de la reina Isabel.
Las
siguientes pistas guían al detective hacia el objetivo principal: encontrar el collar de balajes, que también busca dicha secta, y descubrir
por qué es tan importante. Acompañado de María, una joven
historiadora, visita iglesias, monasterios y catedrales, y juntos estudian con detalle
sepulcros de piedra, escudos heráldicos y algún cuadro en busca de nuevos indicios que
los conduzcan hasta la joya.
El Balaje
del Rey Salomón no es la típica obra que uno podría leer a ratos perdidos en el
metro o mientras los niños hacen de las suyas. Ésta es una novela que requerirá toda nuestra atención.
Los datos y los personajes históricos son abundantes y hay que estar muy
pendiente para seguir el avance de la investigación sin llegar a perderse entre
linajes reales y nobles, bastardos fruto de los monarcas poliamorosos, judíos conversos, simbología heráldica... Eso
sí, con la debida concentración podemos sacar bastante provecho de su lectura
pues me consta que la documentación del autor ha sido rigurosa.
Teresa Enríquez |
Creo que el
mérito de Lázaro Rodríguez no solo radica en una documentación impecable, sino
en hilvanar semejante trama y descifrar con credibilidad las incógnitas que van
surgiendo a lo largo de la novela. Reconozco que estaba ansiosa por llegar al
final y descubrir cómo se resolvía todo.
Recomiendo totalmente su lectura a los amantes del género, eso sí, abstenerse lectores perezosos.
Dejo un fragmento inquietante y bastante representativo de una de las escenas más trepidantes de la novela:
«Los escudos correctos nos indican el lugar y los
atlantes apoyan sus manos sobre la flor de lis y el lobo del escudo que tiene
los cuarteles cambiados de orden» recordó, y apoyó sus manos, como los
atlantes, sobre el escudo con los cuarteles cambiados de orden de la cabecera
del sepulcro.
Volvió a empujar con fuerza con sus manos temblorosas.
Juan oyó detrás de él un chirrido. Se volvió hacia el
altar.
Don Benito había alzado la cabeza y miraba atónito la
base de la cruz verde. Se había levantado una pequeña compuerta y, desde el
interior de la cruz, avanzaba a trompicones un sagrario de oro. Al llegar al
centro del altar cesó el ruido, las puertas del sagrario se abrieron y dejaron
ver un cáliz.
—¡El Cáliz de la Última Cena! —exclamó atónito don
Benito mientras subía y bajaba varias veces los brazos.
Juan, asombrado, le miraba a él y al cáliz
alternativamente.
El sacerdote de repente se quedó quieto, se santiguó
y, de rodillas como estaba, levantó sus manos temblorosas hasta colocarlas
alrededor del cáliz.
—¡No lo coja! —gritó Juan, escudriñando con la mirada
el hueco de la cruz. En su cabeza resonaban las palabras proféticas de una de
las estrofas de la cuarteta de Nostradamus: « Trouvé mourra: l´oiel crevé de
ressor».
Don Benito empezó a volverse, en su mano derecha
refulgía el cáliz y en la parte visible de su rostro, durante un momento, Juan
divisó una sonrisa que desapareció cuando desde el interior del sagrario
violado se oyó un clic metálico y una flecha de piedra voló hacia la cabeza del
sacerdote.
Una historia muy interesante, yo me la apunto para próximas lecturas. Un saludo.
ResponderEliminarInteresante reseña, Mayte. Conozco esta novela desde que mi amigo comenzó a escribirla y no podría comentarla mejor. Si bien es cierto que los datos históricos son abundantes, también lo es que están manejados con tal frescura y maestría que no aburren, se dejan colar como el buen orujo sin que quede espacio para el error o para la duda. Un abrazo para ti y para el autor.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Heberto. Además, la abundancia de datos suele ser un aliciente para los verdaderos amantes de las novelas históricas. El resto de lectores encontrarán una trama tan absorbente que se sentirán atrapados en su desarrollo.
ResponderEliminarUn abrazo.