Hora y Media a Manhattan
Autor: José Luis Palma.
Formato: ebook (Amazon)
Creo que últimamente estoy siendo muy afortunada con mis
lecturas. Las dos más recientes han sido de una carga emotiva tan intensa que tengo que hacer un esfuerzo de organización mental para separar la información relevante de la que no lo es. No me gustan las reseñas largas, pero a veces merece la pena extenderse un poco más.
Hoy traigo una obra del autor español José Luis Palma que se
titula "Hora y Media a Manhattan", finalista en el Premio Planeta 2000 bajo el
título “La piel porosa del caracol”, y en el Premio Felipe Trigo 2010.
Con estos antecedentes es fácil adivinar la calidad de la
obra del Dr. Palma cuyo extenso currículum, tanto literario como
profesional, se puede consultar en este enlace.
Hora y Media a Manhattan narra la atormentada vida de un
afamado cirujano desde la perspectiva del diván de una psicoanalista. A lo
largo de la lectura vamos siendo testigos de sus logros, de sus fracasos y de
las miserias más grotescas que él mismo va confesando en sus sesiones de
terapia. Frente al paciente, nos encontramos con una mujer que trata de analizar
con objetividad cada emoción, cada reflexión y cada pesadilla que refiere el
protagonista. Sabemos, además, que
la psiquiatra ha mantenido con anterioridad una relación sentimental con el cirujano
y que, por algún motivo, ella le guarda un profundo rencor.
La narración se va alternando entre las confesiones del
paciente y las notas clínicas de la psicoanalista, cuyo desprecio hacia él es
patente desde la primera anotación. Esto nos hace preguntarnos a qué se debe
tanta inquina, algo que el lector no llegará a descubrir hasta el final de la
novela.
Ante nosotros se desnuda el alma de un hombre que a pesar de
sus triunfos profesionales no logra una vida personal estable. La soledad que
se cierne sobre él como la sombra de un fantasma lo conduce a buscar relaciones
que lo arrojan a una espiral destructiva de amor, sexo y drogas, una
combinación tan dañina como adictiva que también afectará a los distintos personajes que se van cruzando en su camino.
Lo primero que me llamó la atención de esta novela fue que ambos
protagonistas no tienen nombre. Uno puede tardar en darse cuenta de este
detalle porque el tono íntimo y sincero del paciente mientras va contando su
vida puede absorber con facilidad toda nuestra atención. Recordé, entonces, el inolvidable thriller psicológico de Daphne du Maurier “Rebeca” donde tampoco se desvela el nombre de la protagonista.
Reconozco que a veces he llegado a sentir antipatía por la
psicoanalista. El cirujano se nos muestra como un hombre conflictivo, sí, pero a
pesar de ello también es cierto que no ha tenido mucha suerte en sus relaciones
personales. Esto puede provocar en algún momento cierto sentimiento de
participación afectiva en el lector.
Lo segundo que me cautivó fue la capacidad del autor para
meterse en la piel de un individuo tan complejo como el que nos ofrece en
Hora y Media a Manhattan, su forma de narrar los estados depresivos, los de angustiosa
abstinencia, las pesadillas que lo atormentan o incluso alguna escena íntima, nos llevarán de la mano en un intenso viaje emocional cuyo final de recorrido es tan impactante como inesperado.
He tenido la gran suerte de intercambiar alguna opinión personal con el Dr. Palma acerca de su novela. Me parece un privilegio, algo impensable hace tan solo unos años, antes de que el desarrollo tecnológico y digital al que estamos asistiendo cambiara nuestras vidas.
He tenido la gran suerte de intercambiar alguna opinión personal con el Dr. Palma acerca de su novela. Me parece un privilegio, algo impensable hace tan solo unos años, antes de que el desarrollo tecnológico y digital al que estamos asistiendo cambiara nuestras vidas.
En definitiva, Hora y Media a Manhattan es una obra que posee una alta calidad literaria, un drama basado en la observación psicológica que reúne pasajes de una gran belleza narrativa. Es una historia que a mí, personalmente, me encantaría ver en la gran pantalla.
Os dejo con dos fragmentos, el primero pertenece al paciente y el segundo a la psicoanalista. Que los disfrutéis.
«Algunas noches tengo sueños cuyo escenario lo configura
aquel cementerio. En contra de lo que pudiera parecerte no son sueños
apesadumbrados, ni tristes, son simplemente raros, o simplemente sueños, porque
en los sueños todo se desfigura y las cosas simples se hacen superlativas y las
grandes se empequeñecen. Hoy no te hablaré de ellos, prefiero contarte el que
volví a tener anoche y en el que tú, como en tantas ocasiones, eras la
protagonista».
Nota clínica:
«Nuevamente ha vuelto sobre lejanos pasajes de su infancia
aprovechando el paseo fúnebre por el cementerio, y otra vez ha tratado de
involucrarme en su proceso vital refiriendo un extraño sueño que más me parece
inventado que real...»
«Indudablemente, la temática de su monólogo y su aspecto
externo, denuncian hoy un estado depresivo manifiesto, o para ser más exactos,
una agudización de su estado depresivo crónico».
«No pierde ocasión para levantarse teatralmente del diván y
pasear a sus anchas por el consultorio hurgando en la intimidad de mis cosas,
sino que además finge que las lágrimas se le vienen detrás de las orejas cuando
recuerda ciertos pasajes “dolorosos” de su relación con su amigo Charly. O esa
maldita manía, mezcla de mala educación y actitud hortera, de dejar abierto el
teléfono móvil con la intención de que suene y me desquicie».
Enlace de la obra en Amazon, aquí.
Muchísimas gracias Mayte. No me esperaba una crítica tan valiosa y generosa como la que has hecho de esta novela que escribí hace ya algún tiempo y en la que volqué todo mi empeño. Creo que, como lectora, has sabido captar hasta los mensajes más insignificantes que quise transcribir en ese texto. Eso es prueba evidente de que además de tu gran capacidad como narradora de bellas historias eres una aguda crítica que nada deja escapar. Gracias de nuevo. Siempre estaré en deuda contigo. Un abrazo. José Luis Palma
ResponderEliminarHa sido un placer, José Luis, tu novela es de las que permanece en la memoria. La he disfrutado de principio a fin. Un abrazo.
EliminarLeí esta novela hace unas semanas y pude corroborar que el talento de José Luis Palma no era un hecho casual. Me absorbió El paciente de El pardo y Hora y media a Mahattan confirmó mi percepción de que me encontaba ante un gran autor.
ResponderEliminarExcelente crítica, te felicito, Mayte.
Gracias Blanca...Qué decir de tí y de tus obras ...
EliminarGracias por tu comentario, Blanca, coincido plenamente contigo. Un abrazo.
EliminarExcelente reseña Mayte, he leído dos obras del Dr. Palma y reivindico la profesionalidad con la que narra sus historias. Tengo la sensación de que como autor podría contarte la historia más aburrida de mundo y aun así quedarías embobada con sus descripciones. Es lo que tiene ser buen escritor, a veces no es lo que se cuenta sino la manera de transmitirlo. J.Luis Palma es un autor del que se puede aprender leyendo sus obras. Saludos a ambos!
ResponderEliminarEs cierto Maribel, esa es la clave, poder captar la atención del lector sobre acontecimientos aparentemente intrascendentes. En el caso de esta novela se unen ambas cosas: unos hechos vitales y una forma magistral de narrarlos. Gracias por comentar. Un abrazo.
EliminarGracias Maribel. Lo mismo puedo yo decir de vosotras dos. Cada una en su estilo sois dos grandes narradoras. Un abrazo
ResponderEliminarYo estoy leyendo ahora la de María José Moreno, La caricia de Tánatos. Pensaba cambiar de tema, pero me parece que no lo haré. Estoy deseando leer esta novela, pero después de tu reseña, Mayte, creo que no podré resistirme y será la siguiente, eso si tengo paciencia, porque a veces leo dos a la vez.
ResponderEliminarHazlo, Mercedes, no te decepcionará. Yo también tengo en la lista La caricia de Tánatos de María José Moreno que espero poder leer pronto. Gracias por comentar. Un abrazo.
EliminarBella reseña Mayte: clara y amena. Invita a la lectura. Espero disfrutarla pronto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Heberto. Cuando al principio de la reseña hablo de mis dos últimas lecturas, sin duda una es la tuya.
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