viernes, 29 de noviembre de 2013

LA MANO DE LA HECHICERA (Saga Hermandades) de Judith Priay

Título: La mano de la hechicera.
Autor: Judith Priay.
Formato: ebook (Amazon Media)
Páginas: 219 (estimación)


Muchos pueden pensar que como mi novela pertenece al género fantástico yo soy una lectora habitual de aventuras sobrenaturales y de fantasía. Pero lo cierto es que, aunque me gusta mucho,  no es el género que más leo.
Sin embargo, entre mis libros favoritos sí se encuentran algunas historias de fantasía: como el genial "Bosque Mitago" de Robert Holdstock, "Drácula" de Stoker o "La historia interminable" de Michael Ende. 
Por eso, aparte de mi propia historia de seres sobrenaturales, hacía tiempo que no me zambullía entre las páginas de una novela con tintes paranormales.

"La mano de la hechicera" de Judith Priay es el primer volumen de la Saga Hermandades, que consta de otros tres volúmenes (el cuarto aún sin publicar).
En ellos nos vamos a encontrar con aprendices de brujos, malvadas hechiceras y perversas maldiciones, todo ello aderezado con varias relaciones amorosas entre sus jóvenes protagonistas.

La historia de esta primera entrega se centra en una vieja mansión, cuya propietaria, la enigmática Lady Angélica, invita a su sobrina, Debby, a pasar unos días de vacaciones con ella. La chica llegará acompañada de su íntima amiga Lucy, una muchacha de carácter impresionable cuya visión tétrica de la mansión la atemoriza desde el primer momento.

Judith Priay
El lugar resulta estar repleto de misterios. En el centro de todo, una maldición que se repite desde hace muchos años y que condena a Lady Angélica a vivir en soledad para proteger a aquellos que más ama.
Todos se comportan de un modo extraño; desde la propia tía de Debby, que desconcierta desde un primer momento a las chicas, hasta el personal de servicio, que parece sacado de otro tiempo. Debby y Lucy intentan disfrutar de sus días en la mansión de la mejor forma posible, y así conocen a Matt, un chico del pueblo que ayuda en las caballerizas y por el que Debby enseguida se siente atraída.
Los problemas surgirán cuando Lucy comienza a actuar de forma extravagante, incluso temeraria, hasta el punto que Debby llega a temer por la integridad física de su amiga.

Y hasta aquí puedo leer. 

Lo más destacable de esta novela es la atmósfera tensa, misteriosa y opresiva que se respira dentro de los muros de la mansión. La autora nos va revelando unos hechos inquietantes pero no llega a desvelar qué es lo que está causando esos sucesos. La intriga se mantiene en todo momento y nuestro interés crece de forma directamente proporcional al tiempo que ignoramos la realidad, o irrealidad, narrada. El lector comparte, por tanto, las ansias de los protagonistas por descubrir el misterio y avanza con ellos en el desarrollo de la historia.

Creo que si la saga continúa por esta línea, el entretenimiento está asegurado. Yo casi había olvidado lo bien que se lo pasa uno con lecturas como esta, que vulneran las leyes de la lógica y que rompen el vínculo de lo real para instalarse plenamente en el imaginario, donde nada es lo que parece y los misterios son tan absorbentes que nos mantendrán pegados a nuestro lector. No es tan fácil encontrar autores que sepan mantener esta tensión a lo largo de toda una novela pero, en este caso, tengo que felicitar a la autora por ello.

Seguiré leyendo la saga a la menor oportunidad.



Os dejo el blog de la autora para los que queráis saber más sobre ella y sus novelas:

Libros publicados Saga Hermandades:




miércoles, 20 de noviembre de 2013

DESDE EL MAR (El Sueño del Capitán Blum)



Título: Desde el mar.
Autor: Cristina Selva.
Formato: ebook (Amazon Media)
Páginas: 122 (estimación)


Quiero hablaros de una historia que encontré de casualidad en Twitter escondida entre la marabunta de tweets que desfilan delante de nuestros ojos. Tengo que admitir que me fijé en ella atraída por la portada; un diseño precioso y sugerente de Alexia Jorques.
La autora de la novela, Cristina Selva, decidió refrescar la imagen de su obra con una portada diferente, y creo que lo ha conseguido con bastante eficacia.   Busqué la anterior portada y reconozco que la actual se ajusta mucho más a la historia. Con un simple golpe de vista ya sabemos lo que nos vamos a encontrar: aventuras en el océano y un atractivo capitán.

Casi al mismo tiempo contacté con la autora y le comuniqué que había comprado su novela. Además prometí reseña. Sí, ya lo sé, vendí los peces antes de pescarlos, y es algo que no suelo hacer. Pero en el caso del Capitán Blum fue algo instintivo, aunque también es cierto que había leído el fragmento gratuito que te ofrece Amazon y ya entonces me di cuenta de que tenía una pequeña joya entre las manos.

¿Por dónde empezar? Tal vez diciendo que Desde el Mar es una novela de las de antes, o tal vez es una obra atemporal, ajena a las modas literarias. Esta es una obra para permanecer en el tiempo, y que, como se puede leer en el banner, fue finalista del X Premio literario Nostromo, "La aventura marítima".

La historia comienza con un viaje a través del Atlántico, rumbo a las colonias españolas del Nuevo Mundo. Una mujer y su hija María se embarcan en "El Sueño", la goleta gobernada por el joven y carismático Capitán Blum.
Durante los tres meses que dura la travesía, las aventuras se suceden y vamos conociendo a los personajes y sus circunstancias. El capitán, un hombre solitario que tiende a entregarse con frecuencia a sus pensamientos, encuentra en la compañía de la niña un alma gemela con quien charlar y compartir secretos. A María le sucede lo mismo: a falta de otros niños con los que jugar se divierte timoneando el barco y enredando con Tiburón, el perro del capitán.
Cuando la travesía llega a su fin sus vidas se separan.
Pero el destino es a veces caprichoso.
No voy a contar nada más para no desvelar la trama, pero aparte de estos lazos de amistad que unen a la niña con el capitán de una forma especial, también encontraréis una historia de amor preciosa, tesoros olvidados en las profundidades del mar y extraordinarias criaturas marinas.

Tengo que decir que si en vez de una novela hubiera sido una película, habría aplaudido al final del pase. Me emociono con las cosas que me gustan y esta novela es de lo mejor que he leído últimamente. Está escrita de una forma exquisita, muy cuidada, y la narración te va meciendo como si de verdad estuvieras en el océano y sintieras el suelo de cubierta bajo tus pies cabalgando arriba y abajo las olas.
Subí a bordo en el primer capítulo y me instalé en un rincón de la proa. Allí acurrucada observé al capitán y lo acompañé en su soledad, en la profunda melancolía en la que a veces se dejaba caer. Me hubiera gustado no ser un pasajero invisible y poder ayudarlo en sus momentos de abatimiento, porque el Capitán Blum es uno de esos personajes que te va enamorando a medida que lo vas conociendo.  
La autora me comentó: "Ojalá te guste y te enamores del capitán tanto como lo estoy yo".
Ambas cosas se han cumplido.
Porque hay personajes que se escapan de la mente de sus creadores para instalarse en los recuerdos de los que osamos compartir sus vivencias, sus aventuras, manteniendo un hilo intangible parecido al creado en los sueños, que no puede tocarse, pero no por ello deja de ser intenso.

Desde el Mar es una historia que ya ocupa un lugar en mi corazón. Os la recomiendo a todos. Es como un bocadito delicioso de literatura que no solo te dejará un buen sabor de boca sino que perdurará en tu memoria.

Os dejo con un fragmento:

«El capitán, el más alto de todos, saludaba a los pasajeros con una leve inclinación de cabeza, muy serio, y les daba la bienvenida a cada uno de ellos. A los señores les apretaba la mano fuertemente, y a las señoras se la besaba. Tenía una mirada limpia y franca, algo afligida, y una sonrisa tímida pero, al igual que sus ojos, rebosante de nobleza. Cuando María le ofreció su mano, él la cogió suavemente y se la llevó a los labios sin llegar a rozarla. Fue entonces cuando pudo percibir el particular aroma del señor Blum, una mezcla de tabaco fresco, agua de mar y algo más, algo personal, atrayente, fascinante y misterioso que le llamó poderosamente la atención. Olía a piel caliente, a juventud, a vigor y a mundos lejanos».

Blog de la novela: http://desdeelmarlanovela.blogspot.com.es/

Página de Facebook: https://www.facebook.com/DesdeelMarlanovela?fref=ts



viernes, 15 de noviembre de 2013

ESCRITORES FAMOSOS Y SUS MANÍAS

Hoy os traigo una recopilación de las manías más extrañas de los escritores famosos. Algunas son bastante sorprendentes, y sino leed.

Alejandro Dumas
Alejandro Dumas vestía una sotana roja, de amplias mangas, y sandalias para inspirarse. Parece ser que su prosa flaqueaba si no hacía esto.

John Milton escribía envuelto en una vieja capa de lana, al estilo fantasma.

Víctor Hugo repetía sus frases en voz alta, hasta que le parecían correctas. Entonces se sentaba corriendo a escribirlas antes de que se le olvidaran. También cuentan que entregaba sus ropas a un criado y le pedía que se las guardara durante un periodo de tiempo determinado, y que no se las entregase por muy encarecidamente que se lo rogara. Así evitaba la tentación de evadirse de sus escritos.

Al parecer, García Márquez necesita una temperatura determinada en su lugar de trabajo. (Yo eso lo entiendo. Es muy difícil escribir con los dedos ateridos por el frío o, por el contrario, sudando como un pollo). También le gusta en su mesa una flor amarilla.

Balzac
Balzac se acostaba a las seis de la tarde y daba orden a una criada para que lo despertara a medianoche. Entonces se vestía de monje (qué manía con las túnicas, capas y sotanas) y se ponía a escribir de forma ininterrumpida de doce a dieciocho horas, consumiendo una taza de café tras otra.

Asimov escribía de siete a ocho horas al día, de lunes a domingo. Su media eran treinta y cinco páginas por jornada.

Haruki Murakami se levanta a las cuatro de la mañana y trabaja seis horas. Por la tarde corre  diez kilómetros, escucha música y se va a la cama a las nueve.


Vargas Llosa
 Vargas Llosa empieza a escribir a las siete de la mañana y se rodea de figuras de hipopótamos de todas clases.

Rousseau se marchaba al campo porque necesitaba absoluto silencio, algo parecido a lo que le ocurría a Montaine, pero este se encerraba en una torre.

Marguerite Duras
Lord Byron escribía con trufas en el bolsillo, porque su olor le inspiraba, y Hemingway con una pata de conejo tiesa, que supongo no olería a trufas, sino más bien a... ¿pata de conejo tiesa?

Marguerite Duras lo hacía -escribir- con una botella de whisky al lado porque así le parecía que estaba en un bar, y ese ambiente le gustaba. Lo que no sé es si se la bebía. Sartre iba más allá y combinaba ruido, tabaco y alcohol, cosa que, al parecer, le producía una serena calma.



Miller
Steinbeck
Steinbeck solo trabajaba con lápices redondos porque los de aristas no le parecían cómodos y le hacían daño en los dedos.  Por el contrario, Miller trabajaba mejor cuando estaba incómodo pues decía que solo lo incómodo hace volar la imaginación.

Por último, a Neruda le gustaba escribir con tinta verde.

En fin, será cuestión de genios... 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LECTORES ALFA, LECTORES BETA Y COLABORADORES



Cuando escribí Los Ángeles de La Torre, la lista de personas que me ayudaron fue larga. Los amigos y la familia siempre estaban dispuestos a ayudarte, sin quejarse, leyendo tus escritos (aunque no les interesase un pimiento lo que escribías) y ofreciéndote sus consejos. 
Por mucho que yo les diga, no se imaginan lo importante que son en todo el proceso de escritura.

Deben saber que existe un nombre para ellos: son los lectores beta, los que leen tu obra antes de que sea publicada. El lector alfa, en este caso, es el mismo autor o escritor. 

Como estos lectores beta suelen ser del entorno del autor, normalmente la colaboración fluye bastante bien. Pero cuando se trata de buscar ayuda externa los resultados suelen ser diferentes. Yo reconozco que no me atrevía a abrirme al mundo y preguntar, aunque las opciones a golpe de un click  fueran infinitas. 

Todavía recuerdo lo contenta que me puse cuando el Instituto Meteorológico de Noruega respondió a mis preguntas sobre el clima y las horas de luz en las Islas Lofoten, o cuando un viajero desconocido me describió con detalle su viaje a Cabo Norte. Google Earth ayuda mucho en estos casos, pero de momento no tiene nariz para describir los olores de un lugar, ni tampoco sabe decirme cómo se siente la brisa que sopla del norte, y si ésta es diferente de la que viene del sur o del oeste.

Esto me animó mucho, y con mi segunda novela (que llevo escribiendo un año) no he tenido tantos reparos a la hora de preguntar. He  comprobado que la gente y las instituciones suelen ser muy amables y no escatiman esfuerzos para resolver tus dudas. Hasta ahora esa es mi experiencia. Y si tengo que describir las Cullins Negras en la escocesa isla de Skye quién mejor que alguien del lugar para que me verifique si es cierto que esas montañas tienen uno de los amaneceres más hermosos del planeta.

Mi  lista de agradecimientos no va a ser corta.

Mi nueva historia se desarrolla entre Barcelona y un pueblecito de Escocia llamado Beauly. No es una novela de highlanders, pero sí están muy presentes la cultura y la música de ese país.

La semana pasada recibí un correo de Kenny Fraser donde me recomendaba unas páginas fantásticas de música escocesa, para que pudiera escoger a mi gusto, y hoy he recibido una larga carta de Jamesie Johnston, componente de la banda de música tribal escocesa Albannach, respondiendo a algunas cuestiones que necesitaba saber para ambientar bien mi historia.

Jamesie ha sido muy amable. No solo ha respondido a mis preguntas, sino que me ha dado información extra cargada de emoción y sensibilidad. Su carta me ha emocionado y me ha abierto los ojos hacia el sentir de todo un pueblo. Se lo agradezco mucho. Os invito a descubrir su banda llena de ritmo. Me gusta mucho la música escocesa, quizá porque soy del norte de España y me pasé un año entero aprendiendo a tocar la gaita, aunque, afortunadamente para la salud auditiva de mis vecinos, no lo conseguí.
Mi amable colaborador es el que lleva el pelo más largo y da saltitos con perfecto dominio de su cuerpo, lo cual no deja de ser un reto cuando se carga con un tambor tan grande como ese.

¿Cuál es vuestra experiencia con los colaboradores?






martes, 5 de noviembre de 2013

EL RELATO BREVE Y MANUEL NAVARRO SEVA

Título: Otras cosas que no te conté.
Autor: Manuel Navarro Seva.
Formato: ebook (Amazon Media)
Páginas: 68 (estimación).


Siempre he admirado a los autores de  relatos cortos. Hace falta ser un escritor muy hábil en el uso de la palabra y en el manejo certero de los adjetivos para contar una historia en pocas líneas. Se requiere condensar la narración en la acción y no en la anécdota, no hay lugar para largas descripciones, o divagaciones morales o psicológicas, y el autor debe centrarse en lo que sucede, sin tiempo ni espacio para más exposiciones.

Con estas limitaciones se hace imprescindible que el autor desarrolle su relato dejando parte del mensaje implícito entre líneas, para que el lector pueda extraer lo que falta, lo que no está dicho.

Tendemos a pensar que un relato breve es un resumen de una historia, y no es así. Un relato, aunque sea corto, es una historia donde cada  frase cuenta.

Uno de los retos más difíciles, en todos los géneros literarios, es dejar una huella en el lector, y esta dificultad se multiplica  en el caso del relato corto por las mismas limitaciones de las que hablaba antes. No hay tiempo ni espacio para calar hondo en la mente del lector. El efecto que queremos producir debe ser inmediato.

 Para lograr sembrar en el lector una reflexión, un sentimiento o simplemente un eco en su interior, los escritores de relato breve recurren al impacto emocional en las primeras líneas o al giro inesperado en las últimas. Es por ello que, aunque las historias que nos cuentan son cortas, están cargadas de emoción, suspense, drama o humor.

Suelo leer varios libros a la vez, y siempre termino primero el que más me va gustando. Combino la lectura de un autor consagrado o un clásico, con un autor independiente. Esta vez me decidí por los relatos cortos porque quería algo ligero que me desconectara de otra lectura que me estaba costando terminar. Pensé que leería un par de relatos cada noche y, cuando los terminara, podría retomar el otro libro con más ganas.

La pena es que solo me han durado dos noches. Disfrutaba tanto de cada pequeña historia que siempre quería leer otra más, y luego otra. 

Elegí «Otras cosas que no te conté», de Manuel Navarro Seva porque me descargué la muestra en mi kindle y me gustó el primer relato. Me sorprendió lo cercanas que son las historias, que parecen estar sacadas de las experiencias cotidianas del autor a lo largo de los años. Hay historias tan sencillas que estoy segura de que todos nos podemos sentir identificados con alguna. A mí me ha pasado. Pero no todos los relatos están basados en la cotidianidad, también los hay que tienden hacia el suspense o incluso hacia el surrealismo. 

Algunos me han hecho reír, como el genial relato «Los restos del abuelo». Que me perdone el autor si se trataba en verdad de su abuelo, pero está narrado de una forma magistral, con el toque justo de humor que, a mí personalmente, me ha provocado varias carcajadas.

Ha sido una lectura muy agradable, con un estilo impecable y una prosa muy cuidada que hará disfrutar a cualquier lector, tanto si es aficionado al relato como si no.