miércoles, 22 de octubre de 2014

Cómo escribir una carta de amor



«El producto más franco, más libre y más privado de la mente y del corazón humano es una carta de amor», dijo Mark Twain.
Estoy de acuerdo con las palabras del escritor estadounidense, pues las cartas de amor son textos con una intensa carga emocional, documentos privados cuya categoría ha trascendido para convertirse en un género literario específico. Hoy en día son numerosos los concursos que abren las puertas a la imaginación, a la producción de textos hermosos dedicados al amor.

Se ha escrito mucho sobre cómo escribir cartas de amor, y he descubierto que existen espacios virtuales donde elaboran cartas de amor a medida. Basta con introducir el nombre del ser amado y algún pequeño dato para que un programa nos diseñe nuestra carta personalizada, una versión moderna de Cyrano de Bergerac que las nuevas tecnologías ponen a disposición de los que tienen dificultades para expresar sus sentimientos. También Vargas Llosa confesó haber escrito cartas de amor para sus compañeros cuando estos no sabían cómo contestarlas.

No siempre es sencillo plasmar con palabras las emociones, y en este caso lo más importante es que el destinatario de la misiva comprenda nuestros sentimientos sin contar con las ventajas del lenguaje no verbal que tanto favorece la comunicación entre personas.

Si dividimos una carta en varias partes, posiblemente el saludo y la despedida sean los puntos a los que menos esfuerzo dedicamos, por considerar que ejercen una menor influencia en el destinatario. De esta manera, habrá cartas que después de un esmerado discurso amoroso dejen un residuo amargo al receptor a causa de una despedida fría y torpe o de un saludo inapropiado. Por tanto, conviene pensar detenidamente en estos dos apartados y no considerarlos de poca importancia. 

En el cuerpo de la carta pondremos a prueba nuestra capacidad de expresión escrita. No debemos tratar de imitar ni transcribir frases de amor que ya han escrito otros. Debemos huir de un lenguaje ampuloso que pueda entorpecer la comprensión de nuestro mensaje, así como de expresiones cursis o demasiado poéticas. La sencillez y la naturalidad serán las protagonistas de una buena carta de amor.
Mostraremos entre letras los rasgos de nuestra personalidad; al destinatario le gustará reconocernos en ellas. La necesidad parece obligarnos a la cercanía, y el receptor debe sentirnos cerca.

Cada relación es única, cada sentimiento irrepetible. La personalización se hace indispensable y los sentimientos se deben mostrar en profundidad, sin llegar a ser demasiado efusivos ni tampoco quedarnos en la superficie de nuestras emociones. 
El argumento de nuestra carta saldrá más fácilmente cuantas más cosas nos unan con la otra persona, aunque es cierto que se han escrito epístolas muy bellas dedicadas a un amor no correspondido o incluso dirigidas a alguien desconocido.

Las imágenes también serán efectivas e inspiradoras, tener cerca una fotografía nos evocará anécdotas y vivencias en las que sustentar nuestras palabras.
Por último, no importa que el destino final de la carta sea un concurso literario o el amor de toda una vida, los resultados siempre dependerán de nuestra transparencia a la hora de expresarnos.

4 comentarios:

  1. Me estoy llevando nasorpresa contigo. Va a resultar que. Eres una experta en amor.
    En Los ángeles de la torre jugaste al despiste, ya lo veo.

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  2. Mercedes, Los Ángeles de La Torre es una novela romántica, solo que también tiene una dosis alta de aventuras, magia y seres extraordinarios. Un beso.

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  3. Voy a hacerme una planilla con tu receta y a ver si tengo suerte en la próxima.

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